Significado de la monotonía: La repetición diaria
¡Gracias por los comentarios! Según progresamos en esta vida, nos damos cuenta de más y más cosas. Dependiendo de los retos, caminos, decisiones y personas que conocemos, podemos crecer en muchos aspectos y darnos cuenta de muchas cosas. Por este motivo, quiero compartir esta entrada con vosotrxs. Una cosa que nunca me gustó, ni tan siquiera de pequeño, era la monotonía y el tener que hacer lo mismo cada día. Como prácticamente todo el mundo, yo también he tenido “9 to 5 jobs”, como se diría en inglés, 8 horas cada día, 5 días a la semana, siempre igual, e incluso, dos trabajos a la vez.
Sé lo que es la monotonía porque yo también la he sufrido, por eso siempre buscaba ideas innovadoras y cosas nuevas que hacer. Esto era genial durante el trabajo, pero la monotonía seguía ahí. También reducir la monotonía os ayudará a aprender más sobre la meditación, viajes astrales y espiritualidad.
Es la propia civilización la que empodera la monotonía colectiva.
Estoy observando que el nivel de monotonía en este planeta está subiendo alarmantemente, y junto a eso, una infelicidad general muy marcada. Incluso en gente que tiene una vida estable (tranquilidad económica, buena salud y todo en orden). La monotonía desde que unx se levanta corriendo para ir al trabajo hasta que llega a casa, puede ser abrumadora. Sin embargo, en los últimos 5 años más o menos hemos incrementado ese nivel de monotonía aún más.
Lo más triste es que esta monotonía no es de trabajo, ¡sino de ocio! Esto es gracias al “nuevo amigo del hombre” que está en prácticamente todos los bolsillos, incluyendo el mío (aunque no le hago mucho caso al pobre): los dichosos móviles.
Un pequeño ordenador que dejamos que poco a poco controle nuestra sociedad y vidas.
Como os he comentado en blogs anteriores, los móviles han hecho mucho daño a nuestro nivel de comunicación y nuestra conexión humana y personal (¡vaya ironía!, ¿no?, ¡cuando en teoría es para estar más conectadxs!). Poco a poco, para muchxs su Universo ha ido encogiendo hasta una pantalla de 5 pulgadas (8 o más, que ya hace más de dos años que escribí esto). La llegada de Internet a nuestras vidas ha sido un gran avance y mucha gente puede mejorar su vida muchísimo gracias a internet.
Pero todo es perjudicial cuando se abusa y desde la llegada de los móviles, este abuso se está disparando a una velocidad muy preocupante. Además, gracias a las redes sociales la mayoría de los usuarixs están hiperconectadxs y, además, lo aceptan con júbilo y plena confianza. Muchxs se llenan la vida de compromisos y agobios virtuales: tengo que ‘like’ los posts de “fulanito”, tengo que ir al Instagram y subir fotos de mi perro/gato, me han mandado 4 WhatsApp que tengo que responder… etc., etc.
Y muchxs no pueden ni ir al baño sin su pantallita.
¡Qué agobio! ¿no?
Yo reconozco que le tengo bastante aberración a este mundo de los móviles. Sin embargo, he observado como este mundo está absorbiendo nuestro propio mundo. [Y un par de años después, esta “absorción” ha continuado avanzando]. Desde luego, a nuestro mundo le queda mucho por mejorar, pero es infinitas veces mejor que el mundo virtual y muchxs sólo viven en el mundo virtual. Además, ¡hay muchos planos!
Hay que evitar el aburrimiento innecesario.
Si os da la impresión de que estoy hablando de dos cosas diferentes, lo más probable es que estéis tan metidxs en este mundo virtual que ni os dais cuenta. Quizás habéis perdido un poco la percepción del mundo real. Lo más posible es que a estas alturas de lectura, ya os habéis dado cuenta a lo que me refiero. Durante vuestros tiempos de ocio os habéis sentidx obligadxs a usar las redes sociales, o hacer algo que ni es de trabajo, ni es un asunto personal. ¿Tengo razón? Esto incluye juegos y apps que quizás no valen para nada, pero nos quitan tiempo y nos dan “obligaciones”: monotonía.
Cuando usaba un poco más el móvil me gustaba un juego de construir ciudades y hacerlas prosperar. Cuando los PCs tenían 50 MB (sí, 50 megas) de disco duro, ya me gustaban estos juegos. Bien, pues hace unas semanas me di cuenta de que, aunque el juego me encanta, había cosas que me daban pereza hacer… por ejemplo: tener que recoger recursos (a veces), los eventos se hacían muy largos, las guerras requerían tiempo que prefería invertir en otros asuntos. Y alguna cosita más.
Y me podía olvidar de puestos top 3 para los mejores premios o tendría que invertir horas y mucho gasto de dinero y monotonía innecesario.
Tenía una de las cuentas más potentes de todo el servidor (aunque no se puede competir con los que se pasan el día ahí dentro o se gastan pequeñas fortunas). Me di cuenta de lo poco que me llenaba y que cada vez que cogía el móvil, quería acabar enseguida. Se me hizo demasiado. Solución: Desinstalar.
Esto fue hace unas semanas, y no lo echo de menos, ni siquiera ahora que recuerdo el juego. Ni tampoco echo de menos el tiempo perdido, porque ya lo perdí y es en el pasado. Pero he dejado de perder mi tiempo en el ahora. Ahora, dos años después, recuerdo el juego lejanamente, pero tan siquiera me despertó la curiosidad de ver “que hay ahora”. De hecho, apenas uso el móvil para nada, lo justo para el WhatsApp y cuanto menos lo use, mucho mejor.
En mi caso, solo era este jueguecillo…
Pero en muchos casos son “muchos jueguecillos”, un uso exhaustivo de redes sociales (y son un montón) y constantes mensajes a través de múltiples apps. Sin darnos cuenta, estamos perdiendo una gran cantidad de tiempo libre en hacer lo mismo día, tras día, tras día… No os engañéis… aunque los gatitos que habéis visto en la foto de hoy son diferentes que los de la semana pasada, siguen siendo gatitos. Llevaros a vuestro perro al parque y disfrutar de vuestro amigo peludo y no perdáis el tiempo mirando las fotos de los animales de gente que ni conocéis.
Podéis mirar fotos viejas de vuestros animales y activar buenas memorias. Siempre habrá fotos de animales bonitos en el móvil, pero nuestros animales de compañía tristemente duran mucho menos que nosotrxs. He observado gente pasándolo realmente mal porque se han dado cuenta que han perdido eventos importantes en su vida gracias a estar atrapado en este mundo virtual de monotonía cibernética.
Hemos creado una sociedad con mucha monotonía.
Pero todxs, unxs más y otrxs menos, tenemos tiempo libre. Este tiempo libre es precisamente para nuestro disfrute y liberación y, sin darnos cuenta, estamos llenando cada vez más esos momentos de ocio con monotonías y compromisos virtuales con gente desconocida. Esto llega hasta tal punto, que el uso virtual está presente en todos momentos: viendo la televisión, de cena con tu pareja, amigxs y/o familia, en la playa/parque con tus niñxs/perros, saliendo con tus amigxs… son cosas que hace tan sólo 10-15 años sabíamos disfrutar en su plenitud.
Sin embargo, hoy en día ese pequeño y caro trozo de plástico y chips está creando esa interferencia. “El móvil siempre está presente”. Quizás, en casos más óptimos en una cena romántica de una pareja cualquiera, los móviles “sólo” están encima de la mesa (cuando no pintan nada ahí en esos momentos). En muchos casos se puede observar a ambos miembros de la pareja cada uno en su móvil, sin disfrutar unx del otrx.
Aunque sólo sea a ratos, esto es una gran interferencia y distracción en la actividad que estamos haciendo. Además de tener ese mundo virtual constantemente presente y con prioridad (poca gente ignora el teléfono cuando pita por una notificación de una red social, por ejemplo).
Pequeños cambios traerán grandes beneficios.
Bueno, vaya paliza le acabo de dar al mundo de los móviles, los de Apple y Android no deben estar felicxs conmigo. Es un tema que personalmente me parece alarmante y lo llevo observando años con gente de todo el mundo, al igual que en la gente que me rodea (familia, amigxs, vecinxs, etc.). De hecho, no tenía pensado hablar tanto del tema, así que por esta semana lo voy a dejar aquí. Ahora ya podéis leer la segunda parte aquí.
La semana que viene voy a compartir unas cosillas más e intentar, a través de este blog, romper un poco con la monotonía que sufrimos a diario. No podemos dejar el trabajo, o los quehaceres diarios (aunque sí que hay formas de mejorar la monotonía en ellos), pero sí que podemos hacer algunos cambios que reducirán esos momentos de “monotonía innecesaria”. Seguro que ya cubrimos todo lo que quería comentar sobre este tema en el siguiente blog. ¡Nos vemos en una semana! ¡Espero que paséis una semana genial! Estaré de vuelta la semana que viene.
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